Su origen se remonta a 1812 cuando el Rey Fernando VII restableció el absolutismo, ayudado en gran medida por los Cien Mil Hijos de San Luís (nombre dado al ejército francés comandado por el duque de Angulema) y abolió la “Constitución” que se había aprobado dos años antes en las Cortes de Cádiz, el 19 de marzo de 1812.
La Constitución española de 1812, conocida popularmente como La Pepa, fue promulgada por las Cortes Generales de España el 19 de marzo de 1812 en Cádiz. Pero, ¿Por qué La Pepa?
Pues es sencillo, el día de su promulgación, como hemos dicho, fue el 19 de Marzo, día de San José, y de ahí lo de Pepa. Más tarde se creó también el dicho “¡Viva La Pepa!” para denotar alegría y desenfreno, que debieron ser los sentimientos de la España del momento, al abrir la nueva etapa con la Constitución de 1812.
La Constitución de 1812 otorgó importantes libertades modernas (de expresión, reunión, propiedad y seguridad), dejó al margen una muy importante: la libertad religiosa.
¡viva la pepa!
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