viernes, 20 de abril de 2012

Lectura comprensiva 20/04/2012

    Lee atentamente el siguiente texto y contesta las preguntas que aparecen a continuación:

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, hace mucho tiempo que vivió un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor. Llenaba la olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos. Tenía en su casa una ama que pasaba de los cuarenta y una sobrina que no llegaba a los veinte, y un mozo que se encargaba de las faenas de la hacienda.




     Rondaba este hidalgo los cincuenta años; era alto, seco, de rostro delgado, gran madrugador y amigo de la caza. Al parecer se llamaba Quijano, aunque algunos lo llamaban Quijada o Quesada. Pero lo que realmente importa para nuestra historia es que su mayor afición era leer libros de caballerías. Tenía tanta obsesión por su lectura que llegó a desatender la hacienda, e incluso vendió parte de ella para poder comprar más y más libros.

    El hidalgo perdía el seso con aquellas fantásticas aventuras en las que los caballeros luchaban con malvados enemigos, dragones y tiranos, siempre por defender el honor de una dama. Se le pasaban las noches en vela leyendo, y después de las noches los días, hasta que del poco dormir y del mucho leer se le secó el seso y acabó por perder el juicio.

     Su imaginación se llenó de todo aquello que leía los libros: encantamientos, batallas, desafíos, heridas, amores y requiebros, tormentas y disparates imposibles. Y al final llegó a creérselo como real y verdadero, hasta el punto de que para él no había nada más cierto en el mundo.

     En su locura se le ocurrió el más extraño pensamiento que jamás había tenido otro loco en el mundo, y fue hacerse caballero andante e irse por el mundo a buscar aventuras: se veía ya luchando contra los malvados, defendiendo a los débiles, poniéndose en peligros y arriesgándose en hazañas para alcanzar eterno nombre y fama.

     Con estos pensamientos, le entró prisa por llevar a práctica lo que deseaba. Lo primero que hizo fue limpiar unas armas de sus bisabuelos que encontró en el desván, oxidadas y llenas de moho. Las recompuso como pudo, pero vio que faltaba una parte de la celada, y sin ella no podía proteger la cabeza.

     Decidió rehacer la celada con cartones y, al terminar, probó su resistencia dándole un par de golpes con su espada. Al primer golpe se deshizo por completo 1o que había hecho en una semana, pero él se alegró viendo con cuanta facilidad había hecho pedazos la armadura.

    Volvió a recomponer la celada, esta vez añadiendo unas barras de hierro por detrás de los cartones, y consideró que así ya estaba bastante fuerte, sin querer probar de nuevo con la espada. Finalmente, se convenció de que aquella era la mejor y más elegante armadura que había existido.

       Fue después a vera su rocín, y aunque el pobre no era más que un jamelgo desgarbanado y seco, le pareció que ninguno de los caballos de las leyendas se le podían igualar. Cuatro días pasó pensando que nombre le pondría, y  al final le llamó “ Rocinante”, porque antes había sido rocín, y ahora iba a ser el primero de todos los demás rocines del mundo.

   Ahora debía cambiar también su propio nombre,y eligió llamarse “ Don Quijote “. Pero, acordándose de que otros héroes de caballerías habían añadido a su nombre el de su tierra por hacerla famosa, quiso él también, como buen caballero, añadir al suyo el nombre de su patria, y llamarse “ D. Quijote de la Mancha”

       Ahora sólo le faltaba una dama de la que enamorarse, porque un caballero andante sin dama era  como un árbol sin hojas. Encontró por fin a quién nombrar como tal: en un lugar cerca del suyo que se llamaba Toboso, había una moza labradora de la que él en un tiempo había estado enamorado. Se llamaba Aldonza Lorenzo, y buscándoles nombre más apropiado para tenerla como señora de sus pensamientos, decidió llamarla “ Dulcinea del Toboso”.

       Con ello, ya estaba Don Quijote preparado y dispuesto para correr las más gloriosas aventuras.
                                           
                                          D. Miguel de Cervantes



        PREGUNTAS



1.¿Cuál es el nombre y apellidos del autor del libro D. Quijote de la Mancha?

2.¿Dónde vivió D. Quijote de la Mancha?

3.¿Quién vivía con él en su casa?

4.¿Qué nombre tenía nuestro personaje? ¿Con qué nombres era también conocido?

5.¿Cuál era su afición  tan grande que llegó a convertirse en obsesión?

6.¿ De qué trataban los libros de caballerías?

7.¿Cuánto tiempo dedicaba a la lectura de dichos libros ?

8.¿Qué dos consecuencias tuvo el hecho de leer tanto?

9.¿Qué preparativos realizó D. Quijote para armarse caballero?

        10. ¿Qué rasgos físicos utiliza Cervantes para describir al caballo de D. Quijote  llamado  Rocinante?

11.¿A qué dama elige como “señora de sus pensamientos”? ¿Quién era? ¿Dónde vivía?

12.Realiza un resumen del texto.

13.¿Qué mensaje nos trasmite el autor en este primer capítulo?

14.¿Crees que nuestro personaje podría vivir en la sociedad actual? Justifica tu respuesta.

15.Imagina como sería físicamente Sancho Panza. Descríbelo.